17 feb 2011

ADEPAL SE HUNDE EN GALICIA.

En el primer tiempo el frío del exterior sí afectó algo a los dos conjuntos, y el acierto de ambos en ataque, así como las imprecisiones defensivas, dejaban patente la dificultad para meterse en el partido. A pesar de ello, el Obradoiro llevaba la iniciativa y en ningún momento el marcador le fue desfavorable, logrando la máxima ventaja (18-8), tras un tapón de Washington que pareció espolear al equipo, cuando restaba medio minuto para la conclusión. Y antes del inciso el Adepal dejó la diferencia en ocho puntos (18-10).

En el segundo cuarto todo fue por los mismos derroteros, y cuando parecía que el rival reducía distancias, aparecía Corbacho con su tiro exterior; o una mano de Kendall para frenar el ataque del Adepal, que junto al acierto defensivo de Washington, dejaron el marcador con una diferencia de siete puntos (30-23) antes del descanso.

El comienzo de la segunda mitad fue el principio del fin para el Alcazar. Junyent tomó el mando, y el orden y buen hacer del Obradoiro comenzaron a hacer mella en un rival que se desesperaba ante la gran defensa del Blu:sens, que supo aprovechar muy bien las ventajas y comenzó a abrir brecha en el marcador de forma progresiva y gracias de nuevo al hombre más valorado del partido -igual que en la primera vuelta- Junyent, pero con la colaboración incesante de Washington, Corbacho, Kendall, o el propio Bulfoni que se quiso unir a la fiesta con un triple cuando restaba un minuto y medio para el final del tercer cuarto y que marcó la máxima diferencia hasta el momento, veintidós puntos para el Obradoiro (51-29).

El Adepal bajó los brazos. El Monbus era una apisonadora, aún así, el Alcazar redujo la ventaja a 16 antes del último y definitivo cuarto. El equipo de Moncho Fernández era el amo y señor del partido.

Restaban diez minutos, y los santiagueses salieron a divertirse. El rival se desesperaba en ataque y no conseguía poner en orden una defensa desquiciada por un Obra que desde que superó la cifra de los 20 puntos arriba, ya no se bajó más de la nube.

Y fue el momento de Corbacho que se mostró exquisito con su tiro exterior. El equipo disfrutaba, se divertía, y puso a la grada en pie con un espectáculo digno de la ACB, a pesar de que el rival ya era un juguete roto ante este líder intratable, eficiente y espectacular.

FUENTE: EL CORREO DE GALICIA

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