JUSTO LÓPEZ CARREÑO
EXPORTAVOZ DEL C.F. GIMNÁSTICO DE ALCÁZAR
Reconozco
que el impulso de estas líneas me lo provoca la reciente lectura del
ensayo de A. Muñoz Molina “Todo lo que era sólido”, que además
cobra un protagonismo añadido con la concesión a su autor del
Premio Príncipe de Asturias de las letras, pese a que los galardones
sean siempre relativos y arbitrarios.
Pero
para lo que me ocupa, admito que sus reflexiones me parecen de una
lucidez y aplicación a tantos ámbitos de nuestra vida social y
económica que no me resisto a servirme de sus referencias para el
tema que intento abordar.
El
C.F. Gimnástico de Alcázar celebrará en los próximos días una
asamblea de aficionados y simpatizantes en la que está en juego su
futuro, es decir, su inmediata continuidad en un ambiente que se
transforma, que no permite vivir del pasado por muy glorioso o
clásico que haya sido hasta hoy.
La
ecuación es muy sencilla: sumando ingresos por taquillas de
espectadores habituales, abonados con carnet y ayudas
institucionales, no se cubre apenas el 40 % del presupuesto para que
este engranaje funcione. Por tanto, el fútbol en nuestra población
está, como casi siempre ha sido, a merced del mecenazgo de unos
empresarios o patrocinadores que lo hagan viable.
Pero
precisamente este es actualmente el dilema: hoy la mayoría de
nuestras empresas bastante tienen con no cerrar o salir a flote con o
sin EREs indeseados. Ni José Mª Ropero es Florentino Pérez ni
Intedhor es ACS, pese a que ambos puedan tener un campo de
actividad similar, una formación académica común como ingenieros y
el fútbol sea el nexo que los une como afición, como a tantos otros
personajes que se encuentran y reconocen en esta mágica pasión que
iguala ficticiamente a las más diversas categorías humanas y
sociales sin distinción de clases ni ideologías.
Pero
la cruda realidad es que los equipos modestos, y el Gimnástico es
uno entre tantos, son víctimas de esta bipolaridad que sufre el
reparto de prebendas e ingresos. Unos tanto y otros tan poco, pese a
que los organismos federativos e institucionales quieran hacernos
creer lo contrario y la justicia de sus decisiones esté casi siempre
en función de sus intereses electorales.
Me
adelanto y vaticino el ambiente de la próxima asamblea donde un
grupo escaso de nostálgicos y voluntariosos seguidores esperarán
que un nuevo salvador económico ocasional se haga con las riendas
del Club y todo siga adelante. Me temo que será difícil.
Yo
hago otro tipo de llamada. Si queremos que el fútbol local siga
siendo parte de nuestro ocio semanal aportemos nuevas ideas, fórmulas
diferentes, compromiso cooperativo de sus protagonistas… los que
llevamos varios años no podemos estar perennes. Siempre es
conveniente renovar la gestión en lo público, en lo social. Debe
entrar gente con energía renovada. Queda un Club saneado en lo
económico, como hacía tiempo que no ocurría, y digno en lo
deportivo, con un entrenador y una plantilla dispuestos a renovar si
se les ofrecen las condiciones adecuadas. O bien, conformémonos con
ver a los juveniles que dejan de serlo, que son el exponente de un
futuro siempre esperanzado y al más bajo coste admisible.
En
último caso, si al final, todo lo que parecía sólido se derrumba,
dejémoslo en barbecho un tiempo, como la tierra. A veces ese
descanso la regenera y le concede nueva fertilidad. No sería tampoco
la primera vez que ocurre.
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